viernes, 14 de enero de 2011

La ciudad de la cultura de Santiago




Magnífica entrevista a Eisenman en La voz de Galicia. Esta vez el periodista hace su trabajo: preguntar sin complacencias.
Y el arquitecto responde sin tapujos. En este caso yo le creo: no todo la culpa es suya. En arquitectura, el promotor es el que debe mandar, y si el promotor es un político, vamos apañados. Pero el arquitecto como técnico debe hacerse oír, y guiar al promotor entre lo que es viable y lo que no. Por supuesto, se le presupone que no tiene intereses poco éticos, claro.
Tema polémico, sin duda.

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